EL NUEVO ROL DEL PROFESOR EN ENTORNOS TECNOLÓGICOS
Por
eso, hemos abordado en diferentes publica ciones (Gisbert et al., 1997, 1998;
Gisbert, 2000, 2001), algunas de las principales repercusiones que se derivan
en y para la práctica docente, en el nuevo contexto social y educativo que
vienen configurando el actual desarrollo de las TIC.
Desde
nuestra experiencia del trabajo de los docentes en entornos tecnológicos, y
antes de avanzar en las tareas que éste deberá asumir, creemos que hemos de
destacar tres ámbitos de cambio fundamentales para el docente:
La comunicación: el profesor, en espacios tecnológicos,
debe cambiar su forma de comunicación síncrona (cara a cara y teniendo al
interlocutor siempre presente en tiempo real) por la comunicación asíncrona en un
espacio digital (comunicación mediada y en tiempo no real).
Las
estrategias metodológicas: los espacios tecnológicos requieren metodologías
más dinámicas y participativas, para que todos los participantes en el proceso
de E-A puedan sentirse integrantes y miembros del grupo. No hemos de caer en
procesos regentados exclusivamente por los requerimientos tecnológicos. Como ya
hemos mencionado, esta tecnología constituye un espacio, una herramienta y/o
recurso educativo y formativo.
La función informadora: ni los docentes ni las instituciones
formales de educación pueden pretender poseer toda la información. De esta
forma, el rol de docente cambiará y pasará de ser, de poseedor de la
información a facilitador de esta información.
Su entorno laboral y profesional:
los espacios profesionales
de los docentes pasan de la presencialidad a la virtualidad y del aislamiento
de las aula a los grupos interdisciplinares y colaborativos que trabajan de manera distribuida
en un espacio telemático.
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